El tipo de cosas que funcionan en las películas. Y en los cómics. Aunque en la vida real no deberían, claro. ¿Cuántas probabilidades hay de que una multitud se quede totalmente embobada contemplando un objeto con pinta poco menos que amenazadora? Por suerte para nuestros queridos mutantes, en su mundo sí funcionan.
Cuando unas semanas antes de la salida del nuevo anime de superhéroes de marvel, a saber, el de Blade, me enteré de su inminente estreno, mi primer pensamiento fue que probablemente saldría una serie decente de esta idea. O al menos, más decente que el resto de animes marvelitas.
Y a día de hoy, después de haber visto el primer capítulo, puedo decir que sí, parece que va a ser más decente de lo acostumbrado. Siempre y cuando obviemos los juegos de dobles que hace Blade girando su espada. Eso sí que no veo por dónde agarrarlo.
Bueno, el juego de dobles y el hecho de que hablen en japonés, con joyas como "Me llamo Éeeeeerico Brooks" o "Los vampiros me llaman... ¡Bleeeeeeidoto!".
De vez en cuando uno se encuentra con gente extraña con extraños gustos. Quiero decir, ¿Cómo puede no gustarle Hulk a alguien? De todos los personajes de cómic, es sin duda con el que más fácil resulta identificarse, y fuera del ámbito de las historietas con dibujitos también ofrece una ardua competencia.
¡Que aquel que nunca haya tenido un acceso de ira por el que haya perdido los nervios y haya causado algún que otro destrozo, tire el primer Sydney Opera House!
La participación de Hulk en House of M es, a falta de un adjetivo mejor, brutal.
